jueves, 19 de diciembre de 2013

Beso la Muerte

No quisiera alejarme, ni dormir en tus sueños
despierta y juguemos con nuestros cuerpos desnudos.

Abre tu boca reseca y humedeciéndola con la mía
juguemos al placer de la caricias y los besos,
a arañarnos entre mordiscos leves
hasta saciar la sed del placer
no nos detengamos, la vida es corta 
como el propio éxtasis de la piel. 

Vuelve a mi esos tus labios candiles
y con mi piel de lobo
haz un abrigo  de seda
para incursionar cada atardecer
en el tibio lecho que alberga tus senos
y recostado mansamente entre ellos
poder decirle adíos a la existencia.

Escucha y Calla.

Deja que te hable en silencio y en el silencio escucha mi voz.
Nos he de encontrarnos otra vez, solos, de nuevo, solos, pero esta vez tendremos nuestras ropas puestas.

 A mi perdón no me pidas por tus ofensas de amor
para eso está un tal Díos cuyo oficio es perdonar.





Sin Sueño

Ahora que es de noche, mi cuerpo vaga por los aires y mi mente vuela muy lejos
como música que refleja el viento entre zumbido se oye una voz que me dice: ¡Despierta!